En esta entrada quiero profundizar un poco sobre qué entiendo por estética dental como dentista y como persona.
Si buscamos en un diccionario la definición que podemos encontrar de estética podría ser la siguiente:
1- Disciplina filosófica que estudia las condiciones de lo bello en el arte y la naturaleza.
2- Modo particular de entender el arte o la belleza
3- Aspecto exterior de una persona o cosa desde el punto de vista de lo bello.
Así de entrada nos encontraríamos con tres aspectos que en mi opinión son claves para definir la estética de cualquier cosa, su componente personal (particular), su relación con la naturaleza y su vinculación con la belleza. Siempre tendemos a relacionar algo bello con algo estético. Muchos de los patrones más repetidos como formadores de belleza nos los genera la naturaleza. Y la estética siempre se ve influida por una visión personal. Por eso decimos que la estética es subjetiva.
La cosmética la definimos como efectismo, una acción superficial que no toca el fondo de la cuestión. En cambio la estética profundiza mucho más en lo que forma algo bello. La proporción y la armonía son conceptos que manejamos habitualmente cuando nos referimos a la estética. Y es algo que está muy presente en el arte y en la naturaleza que nos rodea.
En odontología se tiende a usar como sinónimos de forma alternativa cosmética y estética pero en mi opinión son dos conceptos que aunque a priori parecen iguales en el fondo enfocan los problemas y ofrecen las soluciones de una forma muy diferente. Cuando alguien busca mejorar el aspecto de su sonrisa muchas veces nos encontramos que el mayor desafío es entender qué es realmente lo que esa persona particular entiende por estética. Algunos podemos encontrar estético la naturalidad, otros un color más blanco, el tamaño, la posición, la relación con la cara, todo genera el reto que supone crear algo estático que se relaciona en un ambiente dinámico y expresivo como es la boca.
Por eso es una disciplina tan apasionante y que se relaciona de una manera muy importante con conceptos del arte, la arquitectura, el diseño, la fotografía, el dibujo. La odontología tiene un componente artístico muy importante. Muchas técnicas, pese a todos los adelantos tecnológicos que existen, siguen necesitando de la interpretación de la estética del ojo y cerebro humano. El circulo estético se cierra porque se termina ejecutando con las manos.
En la actualidad nos encontramos ejerciedo una especialidad al alza. Los conceptos de bienestar y calidad de vida ya no se reducen a poder comer o no tener dolor. Las personas están entendiendo la gran relación que tiene la estética de la sonrisa con la autoestima y con la imagen personal que transmitimos. En un mundo cada vez más relacionado nos encontramos que una sonrisa en la que confiamos y que sentimos como bella nos permite movernos con seguridad. La boca no sirve solamente para cumplir las necesidades fisiológicas del organismo como morder o tragar, tampoco se limita a facilitar la dicción o el habla. La expresión empieza por la boca y la sonrisa.
Estamos programados para entender gestos de manera inconsciente y lo contrario tambien nos influye. Si nuestra sonrisa no nos gusta de manera insconsciente nuestra expresión se resiente. Los defectos que creemos que tenemos buscamos esconderlos y adaptamos nuestras dinámicas de expresión a ellos. Por eso muchas veces al solucionarlo podemos conseguir un efecto liberador. No solo a nivel de lo que entiendo que es estética dental si no a un nivel inconsciente y psicológico de nuestra forma de relacionarnos.
Por eso un buen tratamiento estético debe solucionar los problemas desde el interior. Como la buena arquitectura no debe centrarse solo en la fachada si no en todo el conjunto. Y necesariamente debe ser individual. Porque la estética es personal y subjetiva pero sobre todas las cosas la naturaleza y el arte nos enseñan que todos somos únicos.